martes, 20 de septiembre de 2011

Mi para qué


¿Para qué?
Elijo este texto de Barylko para dar comienzo a esta reflexión.
 
El camino demarcardo (por Jaime Barylko)

Viajo en plena noche y pienso: los límites, los límites.

Viajo en auto, y debo dar una conferencia sobre ese tema… El auto, raudo, recorre la carretera negra. La noche es oscura, la carretera se proyecta hacia delante, se pierde en el horizonte. Miro por el parabrisas y me pregunto cómo verá el conductor el camino. Yo tengo la vista confusa, titilan las luces de los vehículos y es un mar de focos y sombras que me nublan la visión en vez de aclararla... el oculista, pienso, el oculista…

De pronto, despierto. Sucede algo extraño, todo se ilumina, y me relajo. Ahora veo perfecto. No, no son los ojos. Algo ocurrió afuera…. Es la misma ruta, el mismo asfalto, la misma noche, pero todo es diferente. ¿Qué ha sucedido? …

Ahora la ruta, la misma ruta, tiene rayas blancas a los costados, demarcatorias, y una línea segmentada en el medio. La ruta está demarcada. Está el adentro, está el afuera y está el medio. ¡Así da gusto! Mi cerebro se encendió. Descubrí en qué consisten los límites…

¿Para qué? Para educar.

¿Cómo educamos en un mundo que ofrece tanta información, tanta tecnología, tanta variedad, en un mundo donde los valores conocidos están en un proceso de cambio permanente?
¿Acaso ese ilimitado acceso a la información, a la tecnología y  ese bombardeo constante de los medios de comunicación no provocan en nosotros, pero con mayor incidencia en los alumnos (que se encuentran en una etapa crítica de su formación como personas)  un caos de ceguera, de miedo, de incertidumbre y de vacilación?

¿Para qué educamos?

¿No nos corresponderá a nosotros utilizar este  instrumento que como docentes tenemos en las manos, el de educar, para limitar, para liberar, para proteger?

Educamos, guiamos, para que pueda haber libertad. No para cercenarla, sino para otorgarla.

Y entonces sí, los docentes como guías  estableceremos  esas rayas en el camino, que no son el camino, el camino es el aprendizaje y está dentro de ellas.   Y el alumno dentro de ese camino que es el aprendizaje podrá elegir el ritmo, el desplazamiento, el rumbo, el qué, el cuándo, el cómo, y todo lo que su fecunda imaginación le proponga.

Educaremos, limitaremos, guiaremos.  Y elegirán.

¡Que ejerzan la libertad, y la tendrán porque tendrán límites!